Hoy inicio un reto que me va a entretener durante al menos dos meses. Un reto en el que no voy a estar solo. Lo voy a compartir con mi hijo Iñigo H, al que le gusta llamarse Rra. Lleva un montón de tiempo tratando de explicarme cuales son gustos a futuro y tratando de convencerme de que puede ser muy bueno en ello. Me gusta que alguien que no tiene ni siquiera 10 años me explique la forma en la que va a llevar a cabo su «forma de vida», así que trataré de ayudarle en este fin.
Por eso he pensado en tratar de jugar con él en los próximas semanas, jugar a la forma en que vamos a crear su «empresa». El objetivo lo tiene claro y no voy a ser yo quién le diga lo contrario.
Simplemente trataré de marcarle unas pequeñas pinceladas sobre las claves de su futuro éxito.
En primer lugar, trataré de hacerle entender que el objetivo de la vida es la felicidad. Podemos pensar que existen otra serie de claves importantes, salud, dinero, amor, pero la felicidad las engloba todas. No conozco a ninguna persona feliz que se sienta fracasado; sin embargo conozco a muchas personas que no siendo felices se sienten fracasados. Todo depende del color del cristal con que se miré. Trataré de hacerle comprender que mientras las cosas se hacen con felicidad se hacen con ilusión y pasión. Y además se hacen sin miedo a fallar, la palabra fracaso desaparece en las personas felices. Los obstáculos se saltan, y aún en caso de caernos nos levantamos, sonreímos y continuamos.
Estoy seguro que en este experimento, a fecha de hoy, tengo mas dudas que él. Así que intentaré olvidar las mismas. Me voy a dejar llevar por el sentido común de una persona feliz. Una persona que ve la vida de forma positiva.
Aún asi trataré de que tenga siempre en cuenta que:
.- Debe fijarse una meta que merezca la pena
.- Debe conseguir dicha meta con pasión y esfuerzo.
.- Debe disfrutar de cada uno de los mini-logros conseguidos.
.- Debe hacer participe al resto de su felicidad.
Es curioso que teniendo tan claro estas claves, no siempre aplique las mismas en el día a día. Y probablemente si estas leyendo estas lineas, tengas una sensación parecida. ¿Y por qué motivo? Quizás porque hemos sido enseñados en formulas donde no cabe el error, donde se nos compara de forma constante con el vecino, donde el éxito se mide con otras formulas. Y todavía no nos damos cuenta que esas viejas formulas no nos han valido.
En mi alrededor detecto una falta importante de felicidad. Y no hay tienda donde la vendan. Ni en sobres, ni en capsulas. La felicidad no cae del cielo. Somos nosotros las que la tenemos que generar. Y el piloto que señala su existencia es la sonrisa.
Huyamos de la gente gris, escapemos del miedo, de los prejuicios y del que dirán, de las viejas formulas, de las verdades incuestionables.
«Felicidad que bonito nombre tienes,
felicidad vete tu a saber donde te metes»
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Ya os iré contando. Fijaros que ni siquiera os he explicado en que consiste su ídea. Me da igual, porque aunque sea una idea loca, es su idea y no voy a ser yo quién se la haga cambiar. Es más me pienso sumergir en su «locura» y solo pido que me deje participar de la misma.
Con todo ello, adelante «Proyecto Rra».
¿Que consejo me darías para poder trabajar en equipo con un niño de 10 años?
Música: Felicidad (La Cabra Mecánica) Warner Music Spain
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