Tenemos claro las actividades que consideramos de alto rendimiento, tanto a nivel monetario, como a nivel personal. Aunque no lo creamos, este es ya un paso importante. En ningún momento debemos perder de vista las prioridades referenciadas. Existen diversos estudios que indican que curiosamente a estas actividades les dedicamos menos tiempo. En mi opinión, una de las causas radica, en que las actividades de baja rentabilidad son las más cómodas de realizar y tras su ejecución, y a la hora de afrontar las de alta rentabilidad no nos encontramos al 100 %.
Por lo tanto establecer en nuestra agenda, las prioridades de cada día, es una tarea fundamental que debemos hacer, y dicha planificación es conveniente realizarse con carácter previo a la jornada. Debemos de dicar unos minutos, no más de 10, al final de cada jornada a diseñar la agenda del día siguiente.
Tenemos en cuenta que las Agendas están diseñadas, pero respetando las mismas, debemos afrontar aquellas cuestiones olvidadas, incomodas pero de alto valor. Debemos ser conscientes de la mejora en el uso de nuestro tiempo.
Debemos comenzar a planificar o gestionar el tiempo en periodos cortos, día a día, Escribir en nuestra agenda no solo las actividades a realizar, sino destacando si las mismas son de alto o bajo valor. Al final de cada día comprobaremos, analizaremos y puntuaremos nuestra actitud y nuestra gestión. Debemos ser autocríticos. No podemos engañarnos.
Del mismo modo al finalizar cada semana, autoevaluaremos la misma.
De esta forma en nuestra Agenda de forma diaria, planificaremos:
Horario de la Actividad
Análisis de la misma: Alto o Bajo rendimiento
Tiempo dedicado
Ejecución Correcta o Incorrecta.
Diseño de nuevas actividades a realizar utilizando las horas en las que consideramos de mayor actividad.
Reserva de espacio para actividades del alta rentabilidad personal.
Examen final y Diseño del día siguiente.
Recuerda: Todo debe estar por escrito. Imprime el horario. Ver a todas las horas el diseño diario ayuda a no olvidarse del mismo y a estar centrado. Disfrute del placer de acabar el día habiendo conseguido el objetivo diseñado. A medida que de forma diaria experimente este placer, se animará a continuar a fijarse metas mucho mas atrevidas y ambiciosas.
Recordar que me gustaría conocer vuestros resultados de los ejercicios. Podéis enviar comentarios, vuestras sugerencias a bilbaoabogado@eduardoherrera.org
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