Ya sabemos el valor de una hora, ya vamos ordenando que actividades son rentables, cuáles de ellas tienen un valor económico y cuáles no, y lo más importante tenemos claro las actividades que nada aportan a nuestras vidas.
Es el momento adecuado de sacar conclusiones.
Para ello y partiendo del ejercicio anterior, donde cada uno de nosotros hemos apuntado las actividades de alta rentabilidad con beneficio económico, sin Beneficio, y las de baja rentabilidad, debemos ahora contestar a las siguientes preguntas:
Que beneficio obtengo de cada una de esas actividades. (en las dos primeras categorías)
Que perjuicio obtengo de casa una de las actividades de baja rentabilidad.
Cuanto tiempo dedico a estas últimas.
En que puedo mejorar, dedicar más tiempo o complementar si dejan de existir.
Que ámbitos de la vida pueden verse beneficiados.
Y por último, que voy a poner de mi parte para gestionar mejor las actividades de alto y las de bajo rendimiento.
Estos interrogantes debemos plantearnos con cada una de las actividades, no de forma conjunta. Lo que quiero es que reflexionéis de forma tranquila sobre vuestro diagnostico personal.
Os pondré un ejemplo.
1.- Actividad de Alta Rentabilidad con Beneficio: BUSQUEDA DE NUEVOS CLIENTES
2.- Actividad de Alta Rentabilidad sin Beneficio: HACER LOS DEBERES CON MI HIJO
3.- Actividad de baja Rentabilidad CLEINTES QUE SOLO CONSULTAN CUANDO ESTAS FUERA DE LA OFICINA, Y QUE LUEGO NUNCA “LES VES EL PELO”
Beneficios de 1 y 2: conseguir nuevo mercado y ampliar el número de personas que cuentas con el despacho. Mejora económica. Mayor repercusión profesional. Poder llegar a nuevas personas. Mayor bienestar personal, Mejora en relaciones familiares.
Perjuicio de 3: pérdida de tiempo libre, falta de desconexión, peor organización, no poder hacer deberes con mi hijo, familia menos contenta.
Dedico de forma semanal unos 60 minutos a cuestiones fuera del trabajo y del horario profesional, No solo cuenta el rato que estoy con quien me hace perder el tiempo, también cuenta que luego aprovecha para hablar del tiempo.
Con ese tiempo podría intentar no solo dedicar más tiempo a los objetivos referidos, sino que puedo claramente dedicarlo a formación, cuestión que desde hace tiempo tengo olvidada, o a empezar a hacer deporte con los amigos que llevan mas de un año llamándome.
Si hicera deporte, la salud sería mejor, si me formo se favorecerá las cuestiones profesionales, si lo dedico a la familia mejorare también ese pilar.
Que voy a poner de mi parte: Simplemente voy a saber decir “no”, voy a dejarme respetar en mi tiempo. Debo recordar que yos oy el dueño de mi tiempo y que tiene un valor importante.
Pensar un poquito vuestras respuestas, y sobre todo, recordar que me gustaría conocer vuestros resultados de los ejercicios. Podéis enviar comentarios, vuestras sugerencias a bilbaoabogado@eduardoherrera.org
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